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Durante un encuentro efectuado recientemente en París, defensores de los llamados productos orgánicos se pronunciaron. En concreto se mostraron como la alternativa más idónea para enfrentar los problemas alimenticios y ambientales de Europa. ¿La meta? Llegar al 2050 con una productividad suficiente para sustentar con la agroecología a todo el continente. A su juicio estos cultivos deben aumentar, pues son el futuro del sector agrario.

La idea, según se expuso en una de las conferencias de AgroParisTech, es iniciar la sustitución de las técnicas actuales por sistemas ecológicos, para que el uso de pesticidas dañinos para la Tierra y la población se reduzca considerablemente. Utilizar mecanismos fitosanitarios contra las plagas e implementar abonos y métodos de siembra más inocuos, para favorecer la salud de los consumidores y del planeta. 

Más cultivos orgánicos para Europa

Elevar la productividad agrícola parece una contradicción cuando se habla de reducir el impacto ambiental que genera esta actividad. Sin embargo, el equilibrio es posible si se emplean métodos sostenibles y ecológicos en los cultivos. Rotar los sembradíos, fertilizar la tierra con estiércol y usar infraestructuras benévolas con el planeta, como los cercados bajos, árboles, estanques y setos, por mencionar algunos.

Ya los consumidores del primer mundo se preocupan más por su salud y cuidan lo que llevan a su boca. Apuestan por lo orgánico y por una mayor ingesta de frutas, vegetales, cereales y hortalizas. Y tienen que hacerlo. Estadísticas recientes de la Organización Mundial de la Salud y de la Autoridad Alimentaria Europea dan cuenta de un incremento en la obesidad, enfermedades cardiovasculares y otras dolencias relacionadas con la mala nutrición.

Es por ello que la ecoagricultura gana relevancia. Promueve mejoras en la dieta y, como si fuera poco, diversos estudios proyectan un declive de 40% en la emisión de gases de efecto invernadero al aplicar estas prácticas en los próximos 30 años.

Menor producción

No obstante, en términos generales, la migración a las técnicas ecológicas de siembra representa una caída de hasta 50% de la producción actual en los campos. Y aunque obviamente la ganancia puede ser menor, ésta es compensada por el ahorro que representa la reducción de insumos como pesticidas y abonos químicos.

Igualmente, las proyecciones mostradas en la conferencia hablan de mantener los niveles de exportación. Es decir, no solo se alimentará al europeo. También se podrá seguir comercializando comestibles en otras regiones del mundo. Por ejemplo, los vinos, los lácteos y los cereales.