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GR-MOF-7. En la búsqueda de nuevos plaguicidas efectivos y menos contaminantes España dio un avance. Se trata de un material del tipo MOF que promete eliminar plagas agrícolas. El desarrollo del producto estuvo a cargo de la Unidad de Materiales Porosos Avanzados del Instituto Imdea Energía de Móstoles. El centro también contó con el apoyo de la Universidad de Granada.

El novedoso material recibe el nombre de GR- MOF-7. El mismo se basa en dos ingredientes principales: el cobre y el glufosinato. Este último es un herbicida natural. Los componentes actúan como agentes antibacterianos y como nutrientes. “Se trata de la primera vez que se sintetiza un MOF utilizando como precursores compuestos agroquímicos (glufosinato y cobre), lo que hemos definido como AgroMOFs”, explicó el Instituto Madrileño de Estudios Avanzados (Imdea).

El GR- MOF-7 se conserva de manera estable en el agua hasta por cinco días. Su efectividad es alta para el combate de diversas bacterias que estimulan la aparición de plagas agrícolas. Este tipo de material es un sustituto de los pesticidas y fertilizantes agroquímicos que se emplean tradicionalmente. Esto evitaría el uso excesivo de ellos, una práctica que se ha comprobado deteriora los ecosistemas.

GR-MOF-7

Foto: Pixabay.com

El Imdea Energía reiteró que los químicos para el agro no solo afectan el ambiente. Éstos “repercuten en la salud pública e incluso conducen al desarrollo de nuevas cepas resistentes”. Es por ello que se busca desarrollar nuevos productos para reducir la cantidad empleada. Entre las propuestas están los nanomateriales como el GR-MOF-7. Estos mejoran la estabilidad y solubilidad de los agroquímicos.

“Los MOFs (Polímeros de Coordinación Porosos) presentan una serie de ventajas en agricultura.  Éstos presentan centros reactivos donde pueden interaccionar diferentes agroquímicos. Son estables en agua y pueden modificarse para conseguir las propiedades deseadas”, Informó el Imdea.

Específicamente, el GR- MOF-7 actúa eficazmente contra las bacterias Escherichia coli y Staphylococcus aureus. También, ayuda a combatir la mala hierba Raphanus sativus, invasora común en explotaciones de vid y bayas. Su actividad como herbicida es mejor que la de sus antecesores. Seca en unos ocho días la mala hierba y el glufosinato se mantiene inactivo.