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Desde 2007, los agricultores de Castilla y León (España) han estado lidiando con los topillos, una plaga que afecta a determinados cultivos y a la que han intentado controlar, sin obtener resultados completamente satisfactorios. Es por ello que el pasado 9 de febrero entró en vigencia una nueva normativa para la prevención y ataque de este roedor herbívoro.

El principal objetivo es frenar la proliferación del animal, que se reproduce con rapidez y en grandes cantidades, para lo cual se establecieron ciertas estrategias. Por ejemplo: para catalogar el nivel de afectación, se estableció un sistema de alarmas por colores, con la cual se espera detener posibles repuntes de manera cíclica.

Verde, amarillo, naranja y rojo son los tonos que-de menor a mayor- representan el peligro, así como el plan de control que se aplicará según el caso. Se estima que sean los mismos trabajadores del campo, quienes colaboren en la detección y alerta a las autoridades sobre la presencia de la plaga.

Sanciones para los que incumplan

La reglamentación pauta sanciones a quienes incumplan con la aplicación de las medidas fitosanitarias, el control y las notificaciones a los entes pertinentes, lo que conllevaría a la propagación del animal. Las multas serán en metálico. Y según la gravedad de la falta y los perjuicios de la misma, se tendrán que pagar entre 300 y 3 millones de euros.

Entre las medidas que tendrán que tomar los labriegos en las parcelas menos afectadas, por un tema de prevención, están las llamadas “buenas prácticas voluntarias”. Y hay tres muy importantes. La primera contempla la utilización de cajas para nido. La segunda se refiere al manejo de las superficies de cultivo, para las que se aplicará remoción de terrenos. Y por último, la limpieza de los linderos, regatos y cobertura vegetativa.

Medidas para riesgos mayores con los topillos

Si el peligro es elevado, las acciones a tomar serán obligatorias. Además de las ya mencionadas, se deberán emplear otros recursos fitosanitarios sobre el manejo agrícola en las parcelas, limitaciones en los cultivos para evitar el topillo campesino, así como limpieza a cunetas, lindes y desagües cercanos a las tierras afectadas.

Igualmente, se prevé que se levanten aquellas superficies en abandono, los cultivos que se perdieron, las alfalfas, praderas y barbechos. Se realizará un arado a profundidad a los rastrojos y controles biológicos (incursión de depredadores naturales).

No se descarta el empleo de productos químicos para la eliminación de roedores, previa autorización de la autoridades y registros. Igualmente, se podrán colocar sistemas de trampa para la captura de topillos campestres.