La última alerta fitosanitaria por el mosaico verde jaspeado se produjo en el 2017, pero desde mucho antes el virus afecta al pepino de España. El cucumber green mottle mosaic virus (CGMMV) llegó al sudeste del país en los 90 y se propaga con facilidad. El tobamovirus ataca los cultivos de cucurbitáceas y representa un factor de pérdida en la producción hortícola bajo invernadero.
El pepino infectado presenta deformaciones, mosaicos y un aspecto moteado, producto de la clorosis o falta de sales. En las hojas de la planta también produce pliegues y marchitamiento. El CGMMV se transmite por contacto entre plantas, suelos contaminados, semillas y agua. Sobrevive en el suelo durante largo tiempo y de no ser controlado, produciría pérdidas significativas de producción.
Para los agricultores de la región y del mundo -hay otros países afectados- es un reto lidiar con la variabilidad del mosaico. En España únicamente se han detectado dos cepas del virus, la europea CGMMV-SP y la asiática CG-SPCu16. Ambas razas coexisten en Almería y la segunda, relacionada con los pepinos Snack, se ha observado también en la provincia de Granada.
Pepino, un huésped natural
El pepino actúa como huésped natural del virus y a simple vista reacciona igual a ambas cepas, la europea y la asiática. Se requiere de análisis para identificar la presencia de una u otra raza en los cultivos. En Almería y Granada se estudian las plantaciones protegidas. Se recolectan hojas de las plantas y se hace un registro detallado de las prácticas de siembra, prevención y control de enfermedades.
Las investigaciones han determinado que además del historial o presencia del mosaico verde jaspeado en zonas aledañas, inciden otros factores en la propagación del virus. No existe una cultura de limpieza o desinfección de los invernaderos, tampoco del agua para riego. Agentes que sumados a la contaminación del material vegetal, suelos y semillas, hacen aún más susceptibles de contagio a las plantas y frutos.
El mosaico verde jaspeado es controlable
Las características biológicas del virus son fuertes. Sin embargo se puede -sino erradicar- controlar la enfermedad. Investigaciones realizadas en el campo y en estadios de cultivo controlado, indican que la producción puede salir adelante cumpliendo ciertos protocolos. Es necesario establecer medidas de higiene desde la semilla y durante cada fase del cultivo.
Para controlar el virus del mosaico verde jaspeado del pepino en España se sugieren medidas como la solarización o desinfección del suelo. También arrancar del invernadero los restos vegetales a través de una limpieza exhaustiva. Y de ser posible, aplicar la rotación del cultivo con plantas no cucurbitáceas.
Los diversos grupos de investigación almerienses hacen igual hincapié en el aislamiento de los focos de infección. El aseo de las manos durante la manipulación de los cultivos, como el de las herramientas, utensilios y maquinarias, es fundamental.