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No se trata de lo que es, sino de lo que puede convertirse el melón si se usa como ingrediente de cocina. La fruta consumida generalmente durante el verano, como acompañante final de las comidas, puede ser un refrescante aperitivo, un delicioso postre, una exquisita bebida o ser parte de una suculenta ensalada. Por ello ha empezado a «reclamar» su protagonismo. No sólo es su sabor lo que encanta, sino sus múltiples propiedades. El melón es hidratante, rico en minerales y vitaminas, diurético, dulce, bajo en calorías y muy versátil en la gastronomía.

Una especialidad típica de la cocina española es el melón con jamón, algunas veces serrano. El plato se conoce en diversas regiones de Europa como melón a la española. Pero ¿es la única forma de presentarlo a la mesa? ¡No! Conocedores de la buena cocina lo proponen como un plato refinado, que tiene mil y una versiones para consentir el paladar.

El melón: Un producto gourmet

El dulce del melón, combinado con lo salado de ciertos embutidos, es una exquisitez. Pero aún al natural, sin mayores aditivos o la preponderancia de una etiqueta o marca, el melón reaviva los sentidos. El sabor, olor, color y textura del fruto son aprovechables en la cocina 100%. Todo es cuestión de comenzar a valorarlo.

Para la elaboración de sopas frías, helados y sorbetes es un gran recurso. Pero también se puede colocar a la parrilla y combinar con carnes, pescados y verduras. La receta de canelón de melón con queso feta que se ofrece en un hotel de Verelía es una divinidad, así como el gazpacho con jengibre, menta y pepino que se ha popularizado en varios locales de Barcelona. Ni hablar de la mazamorra de melón y sardina ahumada que sirven en Madrid. Muchas opciones hay.

Y cómo no, si el melón es una fuente natural de antioxidantes y fibras. Autóctono o híbrido se caracteriza por el dulzor que le agrega la potasa contenida en tierras españolas. Quiere ser gourmet y sin mayores esfuerzos llegará a serlo. Hay ya un melón con certificado ecológico en España y variedades de excelente calidad distribuidas en el país, con sello de exportación.

El fruto es consumido en Alemania, Francia, Bélgica y Holanda. También llega a América del Sur, por Brasil. La exigencia es la de un buen melón.

Interés comercial

España es el primer consumidor de melón en Europa y también uno de los más grandes productores. Hay unas 60 variedades autóctonas, de las 800 que se consiguen en el planeta. Se cultiva en Castilla-La Mancha, Murcia y Andalucía. Regiones completas son famosas por la producción del fruto, entre ellas Villaconejos, en la Comarca de Las Vegas, Madrid, donde destacan el mochuelo, el piel de sapo y el tendral. Se dice que los mejores melones de la despensa española han sido regados con las aguas del Tajo.

En Villaconejos existe el Museo del Melón, de carácter etnográfico. Un lugar para familiarizarse con las variedades piel de sapo y mochuelo. También para conocer culturas, tradiciones y sabores relacionados con la cucurbitácea.