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Según el censo agrario presentado recientemente por el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación (MAPA) apenas un 4% de los autónomos del sector rural son menores de 34 años. La cifra representa una alerta que desde hace algún tiempo clama el sector. Se están quedando sin relevo generacional.

El Censo Agrario del MAPA también publicó que solo un 15% de los agricultores españoles tienen menos de 45 años. Esto representa un problema que a juicio de los involucrados se resuelve con mayores incentivos. El censo también muestra que un 41% de los agricultores que tienen más de 65 años están trabajando. ¿La conclusión? Tenemos un campo envejecido.

Para el presidente de la Unión de Pequeños Agricultores y Ganaderos Joven (UPA Joven), Ricardo Bayo, sin jóvenes no hay progreso. “La falta de relevo generacional marca la tendencia de futuro de cualquier sector. En términos profesionales, la falta de jóvenes significa la carencia de talento que haga progresar la actividad. Es una de las cuestiones que más preocupa al campo – además del aumento de costes de producción en un 35% – porque de ello depende el futuro alimentario de todo un país”.

Foto: Pexels.com

Las causas de la falta de jóvenes en el campo no son nuevas. Bayo señala que la España vaciada y el éxodo rural son consecuencia de lo caro que resulta producir y de la baja rentabilidad. «No conozco ningún otro sector en el que un padre le diga a su hijo que se dedique a otra cosa. En cualquier otra profesión el hijo intentaría mejorar lo que hizo su padre”, lamentó el presidente de UPA Joven.

Sin embargo, no todo está perdido. El directivo cree que el camino es la profesionalización del campo. Cambiar la mentalidad y que sea más académico. En este sentido ya ha varios programas gubernamentales y privados enfocados en la capacitación profesional rural y las nuevas tecnologías aplicadas. Bayo señala que la agricultura española es una gran oportunidad de negocio y así deben verla también profesionales empresariales y de marketing.

Bayo llamó a la administración a centrar sus esfuerzos en la profesionalización. “Un chico de mi pueblo perdió 2.700 euros de una ayuda porque, según él, no pudo dedicarle tiempo a solicitar esta subvención. Perdió un capital muy importante para su actividad. Esa falta de espíritu empresarial y de emprendimiento, de conocer las necesidades de tu actividad son las que requiere el campo. Por ello pedimos a todas las administraciones que centren sus esfuerzos en profesionalizar el mundo rural”, contó el presidente de la UPA Joven.