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El cultivo de calabacín libre de agentes patógenos y con propiedades organolépticas óptimas parece estar cada vez más cerca. Investigadores de la Universidad Politécnica de Valencia, lograron a finales del 2017 la secuenciación del genoma de la hortaliza. Desde el Instituto de Conservación y Mejora de la Agrodiversidad Valenciana (COMAV), identificaron los genes que controlan las características de interés.

El trabajo desarrollado en conjunto con la Universidad de Almería, el IFAPA y grupos americanos, representa un paso adelante en la mejora del cultivo. El calabacín se encuentra entre las diez hortalizas mayormente comercializadas en el mundo. En Europa, Italia mantiene el liderato en la exportación del producto.

Su siembra tiene impacto económico. Desde España, y más concretamente desde Andalucía, se envían calabacines a los mercados del Reino Unido, Francia, Alemania y Holanda. Murcia y Canarias también producen buena parte de las hortalizas para exportación.

Calabacín resistente a plagas y enfermedades

Responsables del Grupo de Mejora Genética de Cucurbitáceas, del COMAV, han informado que la secuenciación del genoma permitirá obtener variedades más fuertes. Según han comentado, se avanza en la tarea de identificar los genes responsables de la resistencia a plagas, enfermedades y condiciones climáticas adversas.

Lo conseguido hasta el momento suma puntos a la lucha contra el virus de la hoja rizada del tomate de Nueva Delhi y otros agentes patógenos. Desde el 2012 edicho virus se ha hecho presente en los cultivos de España, afectando el crecimiento de las plantas y deformando los frutos.

También los datos del genoma han sido utilizados para contrarrestar la aparición de hongos, recuperar variedades y optimizar las propiedades del calabacín. La meta actual es lograr el cultivo ecológico de nuevas y tradicionales variedades de Cucurbitáceas.

De interés para México

En el estudio del genoma del calabacín, emprendido desde el 2006 participa también México. El género Cucurbita tiene su origen en el país americano, donde pueden ubicarse grandes plantaciones de calabacines, silvestres y cultivados. El primer paso fue identificar las variedades mexicanas que podrían aportar mejoras al calabacín de España, con lo cual se espera lograr importantes mejoras en la calidad del producto. Esto con el objetivo de aumentar la comercialización y afianzar el cultivo como medio de subsistencia en ambas naciones.

Los investigadores lo han dejado claro: Los estudios hechos al calabacín mexicano y al español tienen un gran propósito, la mejora genética de la planta. Asimismo, aprovechar los caracteres de interés agronómico y lograr variedades sanas y de cultivo sustentable.