Entre los herbicidas de común utilización para la erradicación de la maleza en los cultivos, se encuentra el glifosato. Sin embargo, desde hace algunos años hay plantas que no reaccionan a este veneno y siguen su curso. La resistencia se ha presentado en varios países que incluyen regiones de Sudamérica, Asia y Europa.
Recientemente, científicos de la Universidad de Kansas, en los Estados Unidos, publicaron un estudio sobre las causas del fenómeno. Específicamente sobre la manera en que dos especies de hierba son resistentes al químico.
La Waterhemp y la Amaranthus palmeri se vuelven inmunes al glifosato en corto tiempo. La razón, señalan los investigadores, es que poseen el gen central del producto en centenas de imitaciones. Además de ese “gen diana”, tienen otros que forman un círculo de ADN que se encarga de hacer las réplicas. Este ADN se denomina “eccDNA”.
Resistencia potente de las malezas al glifosato
El informe indicó que la inmunidad de las hierbas estudiadas contra el glifosato es potente. Si el trabajador del campo emplea más cantidad del producto que la establecida, igualmente las plantas se mantienen vivas. Es decir, una dosis elevada no eliminará totalmente la maleza.
Ante estas pruebas, los autores del análisis recomiendan a los agricultores no hacer uso indiscriminado del químico, y advierten que pueden haber otras malezas invulnerables. Tras varias pruebas comprobaron que si se añade hasta 25 veces más la «dosis» indicada del químico a la maleza llamada “pie de gallina” (Eleusine), ésta no muere. Al menos así lo explica otra investigación reseñada en la revista “Plant, Cell & Environment “. El experimento se realizó en cultivos de Malasia, y arrojó alteraciones genéticas de la planta.
Agricultura sostenible
La aplicación indiscriminada y por décadas del glifosato, también figura como responsable de las mutaciones originadas en la maleza, según las conclusiones de la evaluación efectuada en Malasia. Estas especies mutantes se crearon por el abuso del producto y ahora el efecto alcanzado es parecido al de un simple rocío de las hierbas con agua.
Similar situación se ha reportado en naciones como Argentina. Es por ello que en ambas investigaciones científicas se promueve el uso controlado de pesticidas. Actualmente existen otros métodos que permiten el rendimiento de las cosechas, sin la presencia de malas hierbas. Recurrir a esas técnicas alternativas podría ser la solución a largo plazo a esta situación.