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Registran seis nuevas variedades de uvas especiales para la elaboración de vinos. Son cinco tintas y una blanca, procedentes de la Monastrell. Sus “descubridores” le adjudican una mejor resistencia a los cambios climáticos y una gran calidad. Al cuadriplicar la cantidad de fenoles, aportan un estupendo equilibrio entre sabor, aroma y cuerpo, capaz de seducir a los paladares más exigentes.

Como autor del hallazgo figura el Instituto Murciano de Investigación y Desarrollo Agrario y Medioambiental (Imida), dependiente de la Consejería de Agua, Agricultura, Ganadería y Pesca. El trabajo fue arduo y riguroso. 23 de años de experimentos e investigaciones, para obtener estos resultados que suponen un avance importante para los agricultores y la industria de la vinificación. 

Cualidades de las nuevas uvas

Fotos: Pixabay

Una característica sobresaliente de las variedades tintas, es su calidad fenólica. Esto se traduce en una mejora significativa en las virtudes de los vinos obtenidos a partir de estas uvas. Su sabor y cuerpo prometen una experiencia sensorial única, incluso con una menor graduación alcohólica, gracias a una de las cepas registradas. Y para quienes valoren el aroma, la acidez y la frescura de los vinos, hay una uva blanca que resalta precisamente por estas tres cualidades.

Escenarios de desarrollo e investigación

El equipo de Enología y Viticultura de Imida, ha colaborado con bodegas de las tres denominaciones de origen de Murcia. Las tres han iniciado cultivos experimentales, lo que demuestra el impacto inmediato de la investigación en el área vitivinícola local. Además, el equipo de Mejora Genética, trabaja en la selección de cepas sin semillas para reducir los grados de alcohol de las bebidas. Pero principalmente, en la obtención de variedades más tolerantes a los estreses bióticos y abióticos, entre ellos la sequía.

Los terrenos experimentales donde se consiguen y estudian las nuevas variedades, se hallan en la finca Hacienda Nueva, en Cehegín. Pero no es el único lugar adaptado para la investigación.  El Imida cuenta con una bodega en Jumilla que, desde su fundación en 1987, se ha convertido en un centro de innovación dotado con todos los equipos necesarios para la preparación de vinos de gran calidad.

Y, como si fuera poco, el Imida presta servicios de controles sanitarios. Hasta la fecha ha evaluado unas 5.400 plantas, contribuyendo así al éxito de la producción de los viticultores. En estas asesorías se les brinda información relevante sobre la adquisición de plantas certificadas (libres de virus) y maquinarias agrícolas especiales. Pero además, se les ayuda a cuidar la inversión de tiempo y dinero requerida para el progreso de la vid, en los desafiantes entornos climáticos de Murcia.