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El gas metano y el dióxido de carbono son los principales responsables del denominado “efecto invernadero”. Este fenómeno cuando se da de forma desproporcionada es el causante del aumento de la temperatura en el planeta. Es por ello que resulta perjudicial que áreas como la agricultura aumenten las emisiones de este tipo de gases.

Al menos eso fue lo reflejado en un informe del Ministerio para la Transición Ecológica, presentado recientemente en España, y donde se indicó que el área agrícola elevó a 2,9% la emisión interanual en 2017, cifra que representa el 10% de la totalidad. Por su parte, el sector ganadero tuvo un alza de 1,7%, ubicando las emisiones agroganaderas en un 66%.

Entre las causas fundamentales del incremento de emisiones de gases en la siembra y la cría de ganado destacan el alza de la cabaña de porcino blanco y de vacuno de carne. En cuanto a los cultivos, la subida halla respuesta en el elevado uso de fertilizantes inorgánicos. Respecto a 2016 su empleo subió 9,2%. A la utilización de máquinas agrícolas, pesqueras y forestales se atribuye el 4% del total. Un repunte de 6,2% entre 2016 y 2017.

España sin freno

El informe global de la generación de CO2 no deja muy bien parada a España. El país experimentó su mayor incremento interanual desde 2002. En el país ibérico se generaron 338,8 millones de toneladas de dióxido de carbono, un 4,4% más en relación al 2016. De la cantidad, 10% corresponde a la agricultura y ganadería.

Los sectores más contaminantes fueron transporte, electricidad, actividades industriales y agrícola. La generación de electricidad estuvo entre la principal causa, pues se ubicó en 18,8%. Esto ocurrió a la subida productiva en centrales de ciclos combinados y carbón. Similar peso tuvo al bajón de la producción hidráulica ante la sequía.

En 2014, la Unión Europea se había propuesto una disminución de los gases para 2030 de 40%. El punto comparativo era lo emitido en 1990. Sin embargo, la Agencia Europea del Medio Ambiente había advertido que en 2017 no lograrían la meta. Los nuevos cálculos auguran una baja de 30% en los próximos 13 años.

Lucha sin tregua

Para cumplir con el Acuerdo de París se trazó el “proyecto de Ley de Cambio Climático y Transición Energética”. Con este plan el ministerio espera trazar el camino que lo lleve a una reducción según lo pautado hasta 2030. La cifra global se ubicó un 17,8% por arriba de las emisiones de 1990, de donde parten las estimaciones. Sin embargo, se sitúa 23% por debajo de lo generado en 2005.