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Ya sea para un jardín o para grandes plantaciones la llegada del otoño y el invierno supone cuidados especiales para las plantas. El clima puede hacer estragos en los cultivos si no se toman las medidas necesarias para su preservación. Sin embargo, existen consejos simples de aplicar para prepararse para la temporada de bajas temperaturas.

1.- Protección contra el frío. Una de las mejores maneras de proteger las raíces de las plantas durante la temporada fría es emplear un mulch. Este no es más que una capa de materiales orgánicos sueltos como hojas secas, restos de poda, hierba cortada, ramas trituradas, virutas o aserrín.  Solo hay que esparcir estos elementos en la base de las plantas para que las bajas temperaturas no afecten de forma directa la tierra. Este funciona como un manto o colcha protectora.

2.- Poda minuciosa. Es vital eliminar de las plantaciones todas las hojas muertas y ramas secas con precisión. Las partes dañadas de los árboles y arbustos deben retirarse para evitar que al desprenderse por efectos del viento y el clima perjudiquen las plantas.

plantas

Foto: Pixabay.com

3.- Eliminar la maleza. La manera más sencilla de desmalezar es hacerlos cuando estas hierbas están verdes.  Es importante eliminarla antes y durante la temporada para que el suelo esté más sano y la mala hierba no le reste nutrientes.

4.- Abonar en otoño. Una manera de preparar el suelo para el frío invernar es abonarlo. Usar un buen compost orgánico permitirá que los nutrientes que necesitan las plantas no disminuyan durante la estación. Tampoco está demás valerse de productos naturales o industriales como pulverizadores y sustratos especiales para mantener el buen estado de los cultivos.

5.- No exagerar con el riego. En las estaciones de otoño e invierno suele haber más humedad. Si el terreno está húmedo no es recomendable practicar el mismo riego que cuando está seco. El exceso de agua y los encharcamientos suelen ser muy perjudiciales para las plantas. Si se posee un sistema de  riego automático hay que ajustarlo para que sea más moderado que de costumbre. Incluso, si hay mucha humedad, lo ideal es no regar.