Izaña, Tenerife. La escasez de agua en la agricultura española causa estragos. Sin embargo, muchos productores no descansan en hallar soluciones para un uso eficiente de este recurso. Tal es el caso de los agricultores canarios. En Tenerife se producen fresas todo el año. Se trata de cultivos hidropónicos, que no requieren tierra, y en los que el agua de riego es reutilizada para otras producciones.
Un ejemplo de esta práctica se evidencia en los invernaderos de Izaña. La empresa adaptó los viveros al desnivel que posee Tenerife, en el municipio Güímar. Desde estos invernaderos se ve la ladera de un lado y el océano del otro. Los cultivos se hacen sobre fibra de coco, los cuales están hilados y se observan las fresas colgar como si se tratase de parras.
Izaña cuenta con 14 hectáreas bajo techo de fresas. Estas producen un estimado de 600 toneladas al año. El agua con la que riegan estas plantaciones la reutilizan en los otros 19 cultivos distintos que produce la organización. Para conseguirlo crearon un sistema para canalizar el agua, un tanque para almacenarla y emplean una máquina para bombear con la que aprovechan el agua de los drenajes. Esto supone un ahorro significativo del recurso natural.
En Tenerife no poseen plantas desaladora. Para obtenerla, la sacan de pozos y galerías que requieren un control minucioso del nivel de salinidad. Así lo informó en una entrevista para EFEAgro, Elías Marrero, director técnico de Izaña, quien espera que pronto puedan usar aguas regeneradas. Mientras, los agricultores ahorran lo más posible al aplicar diversas técnicas y mediciones.
La forma en la que cultivan las fresas canarias es otra forma de optimizar los recursos. Por ejemplo, emplear sacos verticales en lugar de horizonatales en la producción hidropónica permite que se retenga menor cantidad de agua. Adicionalmente, la fibra de coco evita que se encharquen las siembras de fresa, algo sobre lo que esta fruta es muy sensible.
Marrero señala que con lo que producen abastecen el mercado local. Aquí se incluyen los pequeños y grandes comercios de la zona. “Nuestras fresas tienen el sello de calidad Globalgap, que la cadena alemana de supermercados Lidl nos exige para comercializar los productos. “Una vez que nos lo piden, lo haces ya igual para todos”, apuntó el directivo de Izaña, por lo que descartó que surjan problemas como en los invernaderos de Huelva.