¿Las plantas se estresan? Si, los organismos sufren alteraciones físicas producto de la exposición más o menos prolongada a factores medioambientales. El estrés vegetal puede ser causado por la sequía, el exceso de agua, fuertes vientos o altas y bajas temperaturas. También por la presencia de insectos, tensiones microbianas y ataques herbívoros. La mala hierba afecta el crecimiento de las plantas. Otra forma de estrés es el oxidativo, provocado por residuos industriales y metales que desestabilizan los suelos.
Estrés abiótico de las plantas
Los factores abióticos afectan el ciclo de vida de los organismos fotosintéticos. Puede afectar o no la falta o el exceso de agua a las plantas, dependiendo de la especie y el tiempo de exposición a ello. La sequía prolongada además de negar nutrientes y abonos inorgánicos, deja indefensa a la planta ante la intensidad de la luz.
Las inundaciones -generalmente generadas por las continuas lluvias- reducen la cantidad de aire en el suelo, restando oxígeno al organismo. Otro factor que produce efectos similares es la temperatura. Subidas o bajadas bruscas de temperatura durante la etapa de crecimiento ocasionan cambios y a veces daños irreversibles.
Las plantas desarrollan sus propios mecanismos de defensa para regular la temperatura y la absorción de agua. Crean capas o revestimientos en sus hojas, abren y/o cierran sus estomas, están entrenadas para la sobrevivencia. Sin embargo, no todas son capaces de responder rápidamente a los factores estresantes.
Estrés biótico
Las plagas, enfermedades y brotes herbívoros también representan motivos de estrés para las plantas. Los organismos fotosintéticos son capaces de lidiar con insectos que se posan sobre las hojas, no con un ataque masivo de ellos. Además, no siempre pueden recuperarse de las enfermedades generadas por agentes patógenos. Las hierbas -por otro lado- les restan luz, agua y otros nutrientes.
Existen otras alteraciones a las que están expuestas las plantas. Algunas son de origen mecánico, relacionadas con el viento, así como las vibraciones y manipulaciones constantes del ser vivo. Otra de origen químico es la acarreada por la salinidad o exceso de cloruro de sodio. También está el estrés por oxidación, producido por el uso no moderado de pesticidas, herbicidas, residuos industriales y metales.
Una forma de evitar el estrés en las plantas es practicar la agricultura ecológica, respetar el medio en el que se desarrolla y no abusar de los químicos. El conocimiento humano sobre la especie vegetal es fundamental. Hay quienes sugieren enriquecer los suelos con silicio para favorecer la sana y equilibrada formación de las plantas.