Al parecer, la intensa sequía de 2017 que afectó a los productores de cereal en España dio paso a un mejor pronóstico para este año. Los agricultores esperan que la campaña de 2018-2019 supere con creces la rentabilidad y comercialización de los alimentos herbáceos. Las excelentes estimaciones también son compartidas por el Ministerio de Agricultura, Alimentación y Pesca (Mapa).
Gobierno y trabajadores del sector sostuvieron un encuentro en el que vislumbraron mejoras, a pesar de los embates del clima en otoño. Las cosechas de cereales volverían al promedio acostumbrado antes de las dificultades enfrentadas el año pasado. En esta ocasión prevén obtener 22,57 millones de toneladas, lo que representa un alza de 45,42% respecto a 2017, y de 16,9% según el promedio de lo registrado entre los años 2015 y 2018.
Las cifras no son nada despreciables y significan un alivio para los trabajadores del campo que siguieron apostando por los cereales antes que cambiar de rubro.
Entusiasmo entre los productores de cereal en Aragón
Una de las regiones que celebra el auge de la cosecha, es Aragón. Los agricultores que estaban cabizbajos por la crudeza invernal, agradecieron las lluvias primaverales que lograron que las plantas se desarrollaran con normalidad. Sus cálculos ubican la campaña de este 2018 como la más positiva de los últimos años.
El aumento en comparación con 2017 es de 30% para los aragoneses. La recolección se ubicaría en 2,63 millones de toneladas. La superficie sembrada fue de 390 mil hectáreas. La mayor parte se trata de cebada (841.500 toneladas), le sigue el trigo blando (477.250 toneladas), el trigo duro (362.590 toneladas) y la avena (57.630 toneladas).
Con los números que se manejan, la recuperación de los agricultores es inminente. Las precipitaciones de marzo, abril y mayo hicieron propicia la siembra del alimento. Es por ello, que también señalan que la calidad del grano será óptima. El año estaría salvado para el sector.
Más proteínas
Adicional a estas buenas nuevas, el ministerio indicó que trabaja con el “Plan Proteico de la Unión Europea” y canaliza los intereses españoles en él. Hay una necesidad de producir más proteínas vegetales, tanto para la ingesta humana como animal. Es por ello que se le está dando prioridad a este tipo de sembradíos.
Otro punto tratado en los encuentros con los agricultores y el gobierno, es la vigilancia sobre las cosechas. Se abordaron temas como el seguimiento satelital agrícola, estudios de campo para analizar la rentabilidad de los “cultivos herbáceos extensivos”, y las acciones para adecuarse al cambio climático.