El Ministerio de Agricultura trabaja en la elaboración de un nuevo Real Decreto para el etiquetado de la miel. La norma impone la especificación-en la etiqueta-del país o países de origen, enlistados de forma decreciente de acuerdo al porcentaje del producto. El proyecto que se encuentra en la fase de información y consulta pública, forma parte de las acciones emprendidas por España para frenar el paso de la miel china.
El Real Decreto de 2003, vigente a la fecha, no responde a las exigencias de los apicultores, al concebir ambigüedades en la etiqueta. Califica el producto como: Mezcla de mieles originarias de la UE, mezcla de mieles no originarias de la UE o una mezcla de ambas. No especifica el país, ni la cantidad real de miel proveniente de afuera. Deja abierta la posibilidad de entrada de mieles con un escaso porcentaje del producto español.
El objetivo del Gobierno es preservar la calidad y diversidad de la miel española. En los últimos diez años -desde el 2007- el mercado se ha visto afectado con la entrada de mieles procedentes principalmente de China, Portugal y Polonia. Productos que han desplazado a los importados por tradición desde Argentina y Uruguay. Y que a decir del sector apícola europeo no cumplen las exigencias comunitarias en materia de sanidad y seguridad alimentaria.
Existencia de excedentes y bajos precios
La etiqueta propuesta por el Ministerio procura la reivindicación de un sector apícola cada vez más golpeado por las invasiones de China. Del país asiático se importan más de 10.000 toneladas de miel al año. España preservaría además su mercado ante la introducción de mieles de México, Ucrania, Argentina y Uruguay.
Brindar la información detallada en el envase garantiza la protección de los derechos del consumidor, quien decidirá si llevar o no la miel de origen. Además ofrece equilibrio al mercado en cuanto a existencia del producto y precios. El precio medio de entrada de las mieles importadas desde China y otros países es muy bajo, por lo que la competencia con el producto español no es limpia.
Producir un kilo de miel en España cuesta alrededor de los 2,65€. Mientras que en Asia no alcanza los 2 €. El sector apícola ha solicitado desde hace años poner freno a las importaciones de baja calidad, adulteraciones y sustituciones de la miel. Alega que más que luchar por la sana competencia de precios, el tema es la calidad del producto.
No especifica el porcentaje del producto proveniente de afuera
Diversas opiniones se han generado en el sector apícola español desde la propuesta de un nuevo Real Decreto para el etiquetado de la miel. La norma avanza en la descripción del o los países de origen. Pero parece dejar en el limbo otros importantes datos.
Cooperativas agroalimentarias señalan que la nueva etiqueta es más de lo mismo. A su juicio resulta insuficiente si no describe el lugar de cultivo y el porcentaje del producto procedente de cada país. Manifiestan estar de acuerdo con la reforma de la norma vigente, siempre y cuando sean incorporadas las exigencias de los productores y organizaciones.
Desde el pasado diciembre y ante las distintas instancias, apicultores españoles exigen un etiquetado claro. Exponen que no es igual el país de origen al país donde se cultiva la miel, Portugal u Holanda podrían -a falta de reglas claras- vender a España miel traída de China. En cuanto al porcentaje, proponen sea obligatorio en la etiqueta, el consumidor merece conocer qué cantidad de miel española y cantidad foránea compra. Esto en el caso de mieles mezcladas.
Productores de miel deben seguir la mismas reglas de juego
Los sindicatos agrarios han hecho hincapié en que tanto los productores de la Unión Europea como de países terceros, deben seguir las mismas reglas de juego. Es decir, cumplir con las normas de sanidad y seguridad alimentaria sin ignorar la calidad del producto.
España es uno de los principales productores de miel en la UE. ESe caracteriza por la diversidad y calidad de sus productos. Genera 31.000 toneladas anuales de las cuales se exporta una media de 25.000 a Francia, Alemania, Italia y otros países comunitarios. La mayor cantidad de colmenas están ubicadas en Extremadura y Andalucía. También destacan como zonas productoras de miel Valencia y Castilla y León. El país en general suma 2.8 millones de colmenas.