Los estragos que ha causado la Xylella fastidiosa en Europa han sido cuantiosos. Los brotes de la enfermedad que afecta a los almendros, los olivos y la vid no han cesado y constituyen una amenaza para la agricultura. Sin embargo, surge ahora una esperanza para controlar o disminuir su presencia. Se trata de un depredador natural que se alimenta del vector que transmite el mal.
Recientemente, científicos del Instituto Nacional de Investigación Agraria y de la Universidad Complutense de Madrid, informaron que tras el análisis estomacal de ciertos artrópodos hallaron restos de insectos pertenecientes a la familia Philaenus spumarius, encargados de propagar la bacteria de un vegetal enfermo a uno sano. Leer más