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La enzima fosfoglucosa isomerasa plastidial, clasificada como PGI1, ha sido identificada como un factor preponderante en el rendimiento de los cultivos. Investigaciones científicas españolas señalan que las moléculas de naturaleza proteica inciden en el desarrollo reproductivo de las plantas arabidopsis (especies herbáceas de la familia de las Brasicáceas que han sido objeto de estudios fitobiológicos). También en la a generación de aceites, proteínas y otras sustancias de reservas en las semillas de la especie analizada.

La fosfoglucosa isomerasa, presente en la mayoría de los organismos eucariotas, participa en la metabolización de azúcares. Localizada en los plastidios produce y almacena sustancias químicas propias de las células vegetales. Juega un papel importante en el proceso de floración, determina el color y otras propiedades de las flores y frutos.

Los compuestos químicos producidos en los plastos o plastidios, actúan en la síntesis de lípidos y aminoácidos o proceso de fotosíntesis. La enzima PGI1 es común en plantas y algas, en orgánulos celulares encargados de la fotosíntesis (cloroplastos) y el almacenamiento de pigmentos (cromoplastos). Inclusive en células vegetales a las que no llega la luz (leucoplastos).

Mejora el rendimiento de los cultivos

El estudio de la enzima, realizado por el Consejo Superior de Investigaciones Científicas, CSIC de España, arroja buenas nuevas al campo productivo. Determinó la función de la PGI1 en las plantas arabidopsis durante las fases vegetativa y reproductiva. Analizó los patrones isoenzimáticos que intervienen en el proceso de floración y desarrollo de la planta.

Para los genetistas resulta fundamental conocer la actividad enzimática e identificar los factores que actúan en el rendimiento de los cultivos. A partir de estos datos podrían mejorarse los estadios de floración, altura, y resistencia a plagas y enfermedades. Es información clave para la ciencia, el fortalecimiento de la agricultura y la industria.

Investigaciones recientes

La investigación del CSIC se centra en la arabidopsis, que tiene su origen en Europa. Su cultivo se extendió a todos los continentes. La variedad arabidopsis thaliana es quizás la planta más estudiada en el mundo, en lo genético y fisiológico. Su genoma fue el primero en ser descifrado por los investigadores, en el año 2000.

El análisis en épocas pasadas y recientes se basa en sus particulares características. La arabidopsis es pequeña y muy prolífica, puede llegar a producir 10.000 semillas por planta, semillas no durmientes. La planta tiene un ciclo de vida corto, pero también la capacidad de autofecundarse. Puede cruzarse sin alteraciones en su morfología.