Desde 2015 hasta 2021 el proyecto LIFE Olivares Vivos ha beneficiado una veintena fincas españolas. Ahora, el plan se ha reactivado y efectúa labores para recuperar la biodiversidad en áreas de cultivo a través de un modelo agrícola ecológico. El objetivo es que comulguen con respeto la fauna y la flora con la rentabilidad y la producción.
Este 2022 LIFE Olivares Vivos+ ha emprendido nuevos proyectos, para sumar un total de 39 fincas adheridas al plan. Son 19 las nuevas intervenciones en proceso. Las actividades comenzaron con 20 fincas de Andalucía, en España. Ahora se suman otras de Europa y tres explotaciones en Granada y Almería. En estas últimas se analizará los efectos del cambio climático sobre el modelo de olivicultura que practican.
Las actuaciones también se extenderán a olivares de la Comunidad Valenciana, Castilla-La Mancha y Extremadura. Además de incluir fincas de Italia, de Grecia y de Portugal. Igualmente, continuarán trabajando en la región andaluza. Las cuadrillas contarán con personal experimentado de esas regiones rurales, favoreciéndose la generación de empleo.
El pasado 26 de noviembre se celebró el Día Mundial del Olivo. La fecha sirvió de marco para el comienzo de las actividades del proyecto. “Estas nuevas explotaciones servirán para seguir conociendo la biodiversidad del olivar y su evolución, pero también para mostrar a los agricultores de estas comunidades autónomas, y a los de otras vecinas, las ventajas que aporta un modelo de olivicultura que trabaja a favor de la naturaleza”, explicó SEO/BirdLife, coordinador del proyecto.
Las acciones contemplan control natural de plagas, mayor y mejor almacenamiento del agua de lluvia, fertilidad del suelo y otros diversos servicios. También, hace que se diferencie el Aceite de Oliva Virgen Extra que se produce en las fincas por el valor que añade que cuenten con una “recuperación efectiva y certificada de la biodiversidad”.
La primera actuación comenzó en la finca Valdearenales, en Guareña, Badajoz. “Para esta intervención, además, se usarán protectores ecológicos, biodegradables y compostables, así como cañas naturales para sostenerlos, con lo que se evita el uso de productos derivados del petróleo y la acumulación de residuos que generen un impacto negativo en el entorno”.