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Poner control y erradicar. Esa es la meta que el gobierno español dice haberse impuesto tras los brotes de «Xylella fastidiosa» que se han registrado en el país ibérico, y que mantienen en estado de alerta a los agricultores desde el año 2015.

Esta bacteria que produce la muerte de vegetales de diversas especies, principalmente olivos, cítricos y almendros, se ha mantenido latente. Alicante y el archipiélago de las Islas Baleares son las áreas recientemente afectadas.

Como esta plaga carece de cura, el programa diseñado por los organismos pertinentes contempla destruir los focos y los árboles o sembradíos que se encuentren a unos 100 metros.

En entrevista a diversos medios de comunicación, Valentín Almansa, director de la “anidad de la Producción Agraria, ha señalado que buscan sin descanso los brotes para atacar a la llamada “Ébola del olivo”. A su juicio podrá exterminarse, como ha ocurrido con otros males agrarios.

Los organismos piden confianza

Almansa hace un llamado a la tranquilidad y pide confianza en las gestiones que se realizan, pues además de la eliminación de los focos, las acciones han servido para estudiar la enfermedad y descubrir que los efectos dañinos que ocasiona varían según el tipo de vegetal.

Por su parte, los trabajadores del campo no están contentos con los procedimientos. Unos 100 campesinos agrupados en la “Plataforma de Afectados de la Xylella Fastidiosa en Alicante” (AXFA) resolvieron interponer una demanda legal con la que esperan finalice la tala “indiscriminada” de vegetales sanos.

Según han opinado, la intención es poner un coto al arrase de los sembradíos infectados y al “perímetro de seguridad” que se activa sin antes tener resultados específicos del alcance real de la plaga. Exigen acabar con sacrificios innecesarios que perjudican su actividad comercial.

Acciones drásticas para controlar la Xylella fastidiosa

La referencia más cercana de lo que hoy ocurre en España está en Italia, donde la presencia de la Xylella fastidiosa hizo que más de 10 mil plantas fuesen cortadas. Allá también hubo protestas de los perjudicados, quienes alegaban que destruir masivamente los sembradíos no era la solución.

En Alicante están consternados porque dicen que no hay información suficiente que justifique el arrase del campo. Igualmente, representantes de AXFA pidieron más apoyo al Consell. Aseguran que no han invertido en la contención del problema, pues sólo se está usando el dinero que envía la UE para la erradicación.