Skip to main content

Una agenda común enfocada en atender los efectos de la sequía es el plan que llevarán  Portugal y España a Bruselas el próximo martes. Los ministros de Agricultura de ambos países acordaron que instarán a la Comisión Europea (CE) a que se tomen medidas urgentes para paliar los efectos de la escasez de agua en la agricultura de Europa. Se trata de una situación “extraordinaria” que, en el marco de la guerra de Ucrania, amenaza la autonomía alimentaria.

Luis Planas, titular español del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación (MAPA) y su homóloga portuguesa, Maria do Céu Antunes, sostuvieron hoy una reunión en Lisboa. Allí acordaron manifestar en unísono la necesidad de apoyo a la península ibérica a la Unión Europea. Esta acción también cuenta con el apoyo de Francia e Italia.

Foto: Pixabay.comPlanas y Antunes solicitarán que se active el fondo de reserva de crisis. “La reserva agrícola es un instrumento extraordinario para situaciones extraordinarias y la sequía es una situación extraordinaria. Por eso, Portugal y España estamos pidiendo la movilización de la reserva de crisis”, expresó el ministro español. Por su parte, la ministra lusa destacó la importancia del encuentro bilateral. “La cooperación adquiere un carácter estratégico para España y Portugal, unidos por mucho más que solo una frontera”, apuntó.

En encuentros anteriores, los ministros de Agricultura de Hungría, Bélgica y España trataron los problemas agrícolas. Los efectos de la guerra de Ucrania y el panorama sombrío del cambio climático estuvieron en la agenda. En estas reuniones se preparó un programa común para los tres de cara a las siguientes presidencias del Consejo de la Unión Europea (hasta el diciembre 2024).

Portugal y España se han visto gravemente afectados por las condiciones climáticas. Las bajas precipitaciones, temperaturas elevadas, así como granizo y lluvias torrenciales han mermado la productividad en el campo. Las campañas de secano y ganadería extensiva son las más golpeadas. Adicionalmente, la restricción en el suministro de agua para el regadío se intensifica ante la disminución alarmante de los volúmenes embalsados.