Barricas con forma de huevo y elaboradas en granito se integraron a los depósitos de Bodegas Torres. La empresa referente en la fabricación de vinos, anunció hace varias semanas su incursión en este novedoso método para la «crianza» y fermentación de la bebida. Claro, la organización posee también sus contenedores de acero inoxidable, madera y hormigón, para desarrollar procedimientos más tradicionales.
Las instalaciones, ubicadas bajo la torre del pazo, en Rías Baixas, contiene tres espectaculares depósitos ovoides hechos en piedra gallega, con una capacidad de 735 litros. Allí ya hay vino fermentándose y en proceso de crianza de lías, unas partículas sólidas que se originan en la fermentación, lo cual tendrá una duración de ocho meses, aproximadamente.
La compañía que proporcionó el granito fue Ànforum, la única que fabrica estos singulares equipos. Directivos de la marca de vinos quedaron prendados de la metodología propuesta, pues promete caldos con más volumen y untuosos, además de otros beneficios aportados por la porosidad de la piedra.
Características únicas de los vinos
Bodegas Torres, fundada en 1870 y con más de cinco generaciones familiares en su haber, se ubica entre los líderes del mercado. Su amplia trayectoria y posicionamiento le han hecho perder el miedo a la innovación, por lo que tiende a apostar por ella para muchos de sus procesos. Más aún cuando se trata de mejorar la calidad de sus productos. El enólogo de los Torres, Víctor Cortizo, explicó a varios medios de comunicación que la barrica ovoide deja que el vino se mueva natural y continuamente.
Según dijo, el vino se desplaza dentro del equipo en forma de espiral, evitando que las lías se depositen en la base, manteniéndose suspendidas siempre. Como resultado se obtiene un producto que se microoxigena, impidiendo la aparición de aromas azufrados y sabores a óxido. Igualmente, se añadió un sistema que controla la refrigeración y se seleccionaron uvas especialmente cultivadas para someterlas al nuevo mecanismo.
En los viñedos del Pazo Torre Penelas, en el valle de Salnés, la primera recolección de uvas se dio en 2017. Con la muestra se conoció el potencial y se parcelaron 6 hectáreas, en tres áreas distintas. Esto en base a la orientación y las cepas, que van en edades de los 12 a 35 años.
Este 2018 se escogieron los lotes que van a las bodegas, incluidas el resto de las barricas fabricadas con otros materiales. Aunque la producción de uvas fue menor a la campaña anterior, Cortizo destacó que se superaron en calidad.