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Inicialmente Holanda era el país que más exportaba pepino al resto de los países de Europa. Sin embargo, desde hace varios años el pepino español se ha abierto paso en el mercado y hoy goza de una gran aceptación. El 92% de este vegetal que se cultiva en tierra ibérica se comercializa a otras naciones, especialmente a Francia, Alemania y Reino Unido, donde más se consume.

Holanda se encargó de abrir el mercado en el que poco a poco hemos ido penetrando. Almería se impuso en el mercado de invierno, porque lo que hacía Holanda era importar el producto de otros países para mantener el consumo de contraestación”, explica en una entrevista publicada en el portal de Directo al Paladar, el docente de Economía y Empresa de la Universidad de Almería, Juan Carlos Pérez Mesa.

Un centenar de  trabajadores del campo de Granada y Almería viven del pepino. En estas provincias  andaluzas se produce el 82,5% del vegetal español. Anualmente cosechan 775,9 millones de kilos. Estos son cultivados en invernaderos y la variante que se exporta es diferente a la que se consume localmente. El pepino es más largo y estrecho, mientras que el que se vende en las fruterías españolas es mucho más pequeño.

A pesar de algunas dificultades o crisis la exportación de la hortaliza española no ha cesado de aumentar. Incluso, Pérez Mesa asegura que muy pronto el mercado de Europa dejará de absorberlo más. La manera de seguir con la expansión sería que se comience a vender a otros países que son consumidores importantes como Canadá y Estados Unidos. Igualmente, que se elimine el veto de Rusia.

Ya se han hecho algunas ventas a Canadá y EE.UU. “El pepino resiste muy bien el transporte sin ningún tipo de merma”, señala Pérez Mesa. Por su parte, empresas españolas como Enguix incentivan la producción nacional y la actividad agraria. Los fabricantes de rotocultivadores y trituradoras apuestan por el crecimiento del campo.