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El sector clamaba por un cambio y finalmente, tras prolongadas negociaciones, se publicaron las nuevas reglas que regirá la producción de alimentos ecológicos. El Parlamento Europeo dio a conocer el documento que también habla sobre el etiquetado de los productos, y que augura el desarrollo del mercado en el continente.

España se mantiene como el país líder en productividad ecológica de la UE. No obstante, son varias las novedades que favorecerán la economía regional, además de garantizar la autenticidad de lo que llega al consumidor. Las normas son más estrictas y esclarecen varios aspectos técnicos que facilitarán su aplicación. Será a partir de 2021 cuando entre en vigor, pero ya empresarios y agricultores podrán ir adecuándose.

Ahora son más los productos que se catalogan como ecológicos, orgánicos o biológicos. Entre ellos destacan el corcho, sal, cera de abeja, capullos de seda, yerba mate, gomas y resinas naturales, algodón y la lana sin cardar y peinar. También se cuentan los aceites esenciales, así como las preparaciones vegetales a base de plantas. Incluso, se añaden controles en la producción para cérvidos, conejos y aves.

Puntos destacados en la normativa de la producción ecológica

Los alimentos hidropónicos están prohibidos. Esto se debe a que se consolida la siembra relacionada al suelo como la base productiva ecológica en la comunidad. Asimismo, las semillas locales tienen la «puerta abierta» para su comercialización, con términos como “material heterogéneo ecológico” y “variedad ecológica”. Son mezclas heterogéneas más fuertes ante cambios climáticos y enfermedades.

Por otro lado, la reglamentación aboga por promover los mecanismos de distribución de destinos cortos, y la producción en diversas localidades. También se da la opción a los pequeños agrícolas a sumarse a una certificación grupal.

La supervisión será más estricta en todos los procesos. Para ello se realizarán controles presenciales, mínimo anualmente, para detectar irregularidades. En caso de que hayan fallas, las “visitas” se incrementarán. La idea es apostar a la prevención como garantía de eficacia en todo el sistema de suministro en base a los riesgos.

Importación regulada

Entre los aspectos resaltantes de la norma, está la elaboración de nuevas condiciones para comercializar con países fuera de UE. Lo que se compre con etiqueta de ecológico debe cumplir con las especificaciones europeas.

Otros puntos reglamentados fueron los relacionados con los procesadores. Por ejemplo, solo es permitido que los sabores naturales añadidos se originen del ingrediente que señalan. Es decir, si se usa saborizante de naranja, este tiene que provenir en un 95% de la fruta.

Y un detalle muy importante, es que se dará permiso para las explotaciones mixtas (productos convencionales y ecológicos). Esto siempre que exista una separación clara de los mismos. Además, se contempla la certificación de grupo de pequeños productores, lo que representará un ahorro dinero y la reducción de trámites para las explotaciones de escasas proporciones