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“Plan de Acción Nacional”. Así se denominó al conjunto de actividades que promoverá el gobierno español para frenar la reducción de la población de abejas (himenópteros). En el país existen 9500 tipos. Todas ellas en riesgo. Además, se hallan unas siete mil especies de dípteros amenazados, 10 mil coleópteros y cuatro mil lepidópteros. Otros polinizadores que actúan de manera natural en el desarrollo agrícola.

Los cifras proporcionadas por el Departamento de Biodiversidad y Calidad Ambiental del Ministerio para la Transición Ecológica (Miteco), hablan de una disminución de estos insectos. Las causas son diversas. Pero destaca el empleo indiscriminado de productos químicos fitosanitarios para el control de plagas. Recuperar el hábitat, tratar de revertir la pérdida y conservar los organismos existentes, es la premisa del proyecto gubernamental.

Las estadísticas manejadas señalan que en el invierno de 2016-2017, las colonias de abejas melíferas descendieron un 9,8%. Y en la presente campaña de primavera, la mortalidad fue de 2,3%. A nivel mundial, la “Lista Roja de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza” asevera que 16,5% de los insectos polinizadores vertebrados se encuentran en “peligro de extinción”. En toda Europa un 9% de las mariposas y abejas se consideran en estado de “amenaza”. Las poblaciones de abejas han mermado 37% y las de mariposas 31%.

Ambiente peligroso para las abejas

La aplicación masiva de sustancias tóxicas en la industria agrícola es la principal causa de la muerte y desaparición de polinizadores. Sin embargo, por ahora el documento (borrador) que recoge el plan y que espera por las iniciativas de la Unión Europea, no contiene prohibición de uso de unos 300 pesticidas dañinos para los insectos, y que son autorizados por el Ministerio de Agricultura. El informe solo pide «evitar y reducir» su aplicación.

Tomar acciones para conservar el hábitat natural de los insectos es una de las metas de la propuesta nacional. Muchos espacios resultan destruidos o alterados por el alza de las prácticas agrícolas intensivas y las modificaciones en la utilización de los suelos. También incide la proliferación de enfermedades y patógenos, el cambio climático y la introducción de “especies exóticas invasoras”.

Para detener los daños mencionados,  especialistas abogan por la implementación de técnicas sostenibles en el trabajo del campo. Asimismo, sugieren reducir las patologías y especies foráneas que amenacen la vida de los polinizadores. La organización Ecologistas en Acción pone un tope. Señala que todas estas acciones y reducciones de aplicación de productos químicos y mejoras ambientales deben cumplirse en un 50% antes de 2023. De lo contrario el daño se agravará.