Tardías y escuetas medidas de erradicación y control de la Xylella fastidiosa colocan a España en alerta. La Comisión Europea (CE) hizo pública la prospección de los cultivos y productos realizada en marzo de 2018. Determinó que los retrasos en la aplicación de medidas fitosanitarias eleva el riesgo de propagación.
A decir de la Dirección General de Salud y Seguridad Alimentaria de la CE, la Xylella está presente en Alicante, Islas Baleares y Madrid. El informe de los auditores lo atribuye a que el talado de Almendros en la provincia de Alicante se hace incompleto y a destiempo. Tampoco se cuida el radio de 100 metros alrededor de los olivos infectados. Además, el análisis de las subespecies de Xylella admite dudas.
La legislación de la Unión Europea (EU) precisa el tratamiento insecticida contra los vectores de Xylella fastidiosa. También el estudio y tratamiento de las plantas infectadas y las ubicadas en un radio de 100 metros alrededor de ellas. Una vez demostrada la afectación de las especies vegetales debe procederse a arrancarlas y destruirlas in situ.
Baleares ataja a la Xylella fastidiosa
La situación en las Islas Baleares es diferente a la de Alicante, según ha resumido el informe de la Comisión Europea. En la región se ha actuado en conformidad a lo expuesto en la normativa fitosanitaria, conteniendo la transmisión de la Xylella. El debido control garantiza la producción de olivos y viñedos, almendros y frutos cítricos, entre otros cultivos de importancia económica.
Madrid y Andalucía, regiones olivareras por excelencia, aún deben corregir las deficiencias en el sistema de protección de los cultivos. Las medidas de control no se aplican con la intensidad requerida. La plaga podría producir severos daños al medio ambiente y a la economía española.
Desde la confirmación del primer olivo infectado con Xylella en la comunidad de Madrid, el Ministerio de Agricultura elaboró un plan de acción. Las medidas incluyen el tratamiento contra los vectores, la destrucción e inmovilización del material vegetal infectado. De igual forma la prohibición de las plantas declaradas huéspedes naturales de la Xylella. Y la indemnización por las plantas destruidas.
Deben reforzarse las medidas
El informe difundido por la Comisión Europea concluye con la recomendación al Gobierno español de reforzar las medidas fitosanitarias. La plaga de la Xylella puede mantenerse al margen si se cumplen las normas de prevención y control.
El tratamiento debe aplicarse desde el inicio de la actividad vegetativa y extenderse hasta noviembre. Es decir antes de la llegada del vector y durante su periodo infectivo. Inciden además la preparación de los suelos y la buena práctica de riego, fertilización, poda y disposición de los restos de poda.
En Europa la Xylella se detectó por primera vez en el 2013, en olivos de Italia. Dos años después se hizo presente en la isla de Córcega y otras regiones de Francia. Mientras que la primera confirmación de la enfermedad en España se dio en el 2016 en Mallorca y la segunda en el 2017 en Alicante. Su óptimo desarrollo ocurre en climas entre los 26 y 28°C.
La acelerada propagación en Alicante preocupa. Hasta la fecha existen 26 municipios de la comunidad valenciana completamente afectados por la plaga y otros 34 con brotes parciales. Los brotes han sido reseñados en diversas resoluciones oficiales desde el 2017. La Consejería de Agricultura ha adoptado medidas urgentes a fin de evitar la extensión del mal.