El sector de la agricultura no escapa a los avances tecnológicos. La innovación agraria apuesta por emplear equipos y programas digitales que mejoren las prácticas en el campo y de esta manera conseguir cultivos sustentables y mayor productividad. El uso de la Inteligencia Artificial (IA) es parte de ello y viene a suponer un cambio profundo, sobre todo en las formas de empleo tradicionales.
La IA se ha estado aplicando para analizar los cultivos y para el uso mecánico de tractores. Se espera su arraigo y que se emplee para a estudiar mejor los sembradíos y al recogido de las cosechas. Es por ello que según investigaciones recientes, muchas formas de trabajar tendrán que adaptarse y cambiar. Entre los más afectados están los ingenieros agrónomos y los temporeros.
El informe fue elaborado por OpenAI (creadores del ChatGPT) y la Universidad de Pensilvania (EE.UU.). Este explica que quienes estarán menos expuestos a la IA serán los operadores de maquinaria agrícola. Basados en el mercado norteamericano, los expertos señalan que “un 80 % de su fuerza laboral puede ver alterado al menos un 10 % de sus tareas, con un 19 % de empleados afectados hasta en la mitad del trabajo que hacen”, señala la agencia de noticias EfeAgro.
La idea del uso de la IA es optimizar los recursos. Así lo señala Gil Gorchs, investigador del Centro Específico de Investigación de Tecnología Agroalimentaria Agrotech. El también profesor de la Universidad Politécnica de Cataluña cree que los empleos que tendrán mayor impacto será en los de recolección, particularmente de hortalizas y frutas.
El docente indicó a la agencia que hay máquinas recolectoras de IA. “Ya empieza a haber robots o drones que se encargan de recoger frutas y hortalizas, de modo que se reduce la necesidad de contratar a personas para ese trabajo estacional”. Adicionalmente, Gorchs indicó que también hay “algunos parámetros que permiten identificar el estado de madurez de cada cultivo y a partir de ahí se puede automatizar la cosecha”.
Estos avances tecnológicos de la mano con la inteligencia artificial ha supuesto la utilización de sistemas de navegación que se nutren de los datos recogidos y mejoran el uso de maquinaria agrícola. “Por ejemplo, poder calcular las necesidades de agua y fertilización en cada momento y lugar, de forma que se aplican dosis adaptadas a cada zona y unos sensores certifican el buen estado del cultivo”, explicó el investigador a EfeAgro.
Esta situación incita a un cambio laboral. Para el catedrático español a corto y mediano plazo las decisiones en su mayoría seguirán dependiendo de las personas. Sin embargo, a largo plazo, puede darse una sustitución en la mano de obra cualificada, como lo son los técnicos y los ingenieros.