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Recientemente, gobiernos de los 28 países miembros de la Unión Europea aprobaron por unanimidad el nuevo Reglamento de Fertilizantes. La legislación que espera ahora por la revisión formal del Consejo Europeo y el Parlamento, deroga la actual norma sobre abonos, vigente desde el año 2003.

El reglamento será de obligatorio cumplimiento a partir del 2022. Es decir, tres años después de su publicación en el Diario Oficial de la UE. Está basado en el Plan de Acción de la Economía Circular propuesto por la Comisión Europea en el 2015. Establece la apertura de un mercado único para los fertilizantes orgánicos, límites en la utilización de sustancias tóxicas y criterios de etiquetado.

La aplicación del nuevo reglamento europeo de fertilizantes supone el aumento de la productividad agrícola y la preservación del medio ambiente. Además tendrá incidencia directa en la alimentación y salud de los ciudadanos. El objetivo de es tener más y mejores cosechas, productos sanos y de calidad comprobada.

Reconocimiento mutuo

La nueva legislación parte del reconocimiento mutuo de las categorías de fertilizantes, orgánicos o no, regulados en cada estado. Abarca todos los tipos de abonos: orgánicos, minerales, enmiendas del suelo, medios de cultivo y sustratos, entre otros. A diferencia del reglamento actual, este documento reúne, simplifica y armoniza las normas para la producción y comercialización de fertilizantes.

Para ser comercializados en todos la UE, los abonos deben cumplir con estándares de seguridad y calidad fijados para el mercado común. Su etiqueta llevará la marca CE. Los que no, deberán apegarse a las reglas nacionales. Podrán ser vendidos a otros países de la UE, respetando el principio de reconocimiento mutuo.

La ley armoniza además con el cuidado de los suelos y el medio ambiente, al promover una mayor producción de abonos orgánicos. Producidos a partir de materia prima orgánica y/o reciclada, estos fertilizantes reducen el impacto a la naturaleza. Dan pie a una economía circular, al tiempo que favorecen la innovación.

Fertilizantes, bioestimulantes y aditivos

El futuro reglamento ha sido discutido por los agentes involucrados en el sector. Resume y defiende los intereses de los asociados, a fin de garantizar el mejor estadio en el mercado europeo. Incluye las bases para la preparación de fertilizantes, también de bioestimulantes y aditivos para la producción agrícola.

Como parte de su política de fertilizantes seguros, establece límites en el uso de sustancias tóxicas o contaminantes. En el caso de los fertilizantes marca CE ordena la reducción del cadmio de 90 miligramos por kilo a 60 mg/kg. E inclusive se precisa la etiqueta “Bajo contenido de cadmio” (CD) para aquellos fertilizantes fosfatados con menos de 20 mg del elemento en su contenido.

El reglamento contempla la revisión de dichos límites en el uso de sustancias contaminantes en un lapso de siete años a partir de su entrada en vigor. Esto para analizar los resultados y reducir los niveles al máximo. La propuesta del Parlamento Europeo es reducir progresivamente la cantidad permitida de cadmio a 20 mg/kg.

La norma incentiva la entrega de recursos financieros y el desarrollo de tecnologías para la reducción de elementos tóxicos en los fertilizantes. Promueve además el uso de materiales reciclados que reducirían la dependencia de nutrientes importados.