Una crisis que amenaza con agravarse, es la que viven los fruticultores españoles. Los precios de sus productos han bajado vertiginosamente, y no compensan los costos de producción. Tanto ha sido el impacto, que ya muchos agricultores se han visto obligados a parar sus cultivos de fruta dulce, sector del que se mantienen numerosas familias, especialmente en Aragón, según explicaron representantes de la Unión de Agricultores y Ganaderos (UAGA) de ese territorio.
Ante un panorama nada alentador, UAGA protagonizó recientemente una protesta en Zaragoza para exponer los problemas que enfrentan, promover el consumo de sus alimentos, y exigir al Gobierno acciones concretas para atenuar el conflicto.
Un mercado europeo colapsado tras la prohibición de Rusia, la falta de regulación, la distribución irregular y la poca demanda, son algunas de las dificultades que denuncian, y que han menoscabado la economía del sector.
Posibles soluciones para realzar el cultivo de fruta dulce
Las pérdidas han sido cuantiosas, pues durante la última campaña la producción de un kilogramo de fruta dulce con hueso era de unos 35 céntimos y se vendía muy por debajo de ese importe. En comparación con el año anterior, los precios se devaluaron un 60%.
Para solventar parte del problema, el Ministerio de Agricultura y Pesca, Alimentación y Medio Ambiente (Mapama) ofreció a los fruticultores unos 40 millones de euros como garantía crediticia.
Según lo dicho por sus voceros, la medida forma parte de un plan del Ejecutivo que busca impulsar el área frutícola y frenar la crisis que enfrentan desde hace unos cuatro años. Indicaron además, que al aporte financiero se suma una reducción de impuestos. Estos logros se obtuvieron luego de un encuentro sostenido con las partes afectadas y representantes de los ministerios involucrados.
Los fruticultores tienen un plazo para decidir
El aval monetario inicial podría aumentarse, ya sea para hacer reestructuraciones, reconvertir variedades o asumir nuevas inversiones. La Sociedad Anónima Estatal de Caución Agraria (SAECA) será el ente a cargo del financiamiento.
La decisión de aceptar el programa de apoyo está en manos de los productores, a quienes se les dio dos semanas de plazo para dar luz verde a la ejecución del mismo.
Entre las críticas al ofrecimiento ministerial está la insuficiencia de los recursos. Los fruticulturoes también afirman que el plan no puede aplicarse a todos por igual, pues las fallas varían según la zona y el tipo de fruta. Por ejemplo, las más graves son la nectarina y el melocotón. Hay que “leer las letras pequeñas”, antes de dar el sí, manifestaron.