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La batalla del cava no tiene lugar en los establecimientos comerciales y mucho menos en las bodegas de vino. La guerra actual es por la tierra y se lleva a cabo en los despachos gubernamentales. El «ganador» de la contienda se daría a conocer el pasado viernes 15, pero el Ministerio de Agricultura anunció que se haría después de las elecciones catalanas de este 21 de diciembre. De hecho, se presume que su dictamen pueda darse a conocer el día 29.

El conflicto comenzó porque el Regulador de la Denominación de Origen Protegida (DOP) Cava, pidió a los representantes del Ministerio de Agricultura que se limite en toda España-y por 36 meses-el permiso para incrementar la producción de viñedos donde se lleva a cabo el cultivo de la uva usada para extraer el cava. Su propuesta, es que sólo se admita la extensión de 0,1 hectáreas por año.

De igual modo, solicitó que no se autoricen nuevas siembras y que no se de luz verde a los agricultores que ya tienen derechos respaldados por la Administración para superficies de viñas, de cambiar a otros tipos de uva.

Para los comercializadores de espumoso, tal petición representa un impedimento para seguir consolidando el crecimiento de un producto con excelentes estándares de calidad, y la imposibilidad de cumplir con las demandas. La mayoría esgrime que no existen razones técnicas para atender a ese llamado.

Panorama actual del cultivo de uva para el cava

En la actualidad existen 36 mil hectáreas y 29 mil de éstas están ubicadas en Catalunya. Otras 4 mil están en Requena (Valencia) y 400 en Almendralejo. Ambas regiones se oponen a la proposición.

Los miembros de la Junta de Extremadura evalúan la posibilidad de requerir la inscripción de todas las hectáreas que están dentro de la designación de origen. Esto debido a que el año pasado, la venta de cava se elevó en aproximadamente 40%.

El líder de la asociación de los ocho fabricantes de la cava de Requena, Emilio Expósito, explicó que se oponen a la medida por considerarla drástica. Argumentó que en el 2016 las ventas del cava valenciano se incrementaron en 12% y estiman que para 2018 se eleven un 15%, logrando superar los 7 millones de botellas despachadas. Alega que tal medida no puede adaptarse tan rápidamente como se exige, ya que existen personas que ya arrancaron sus viñas para el cultivo de cava.

Expósito indicó que la regulación se debe efectuar progresivamente, para que quienes ya iniciaron su inversión no salgan perjudicados.

Aseveró además, que es de vital importancia mantener la vigilancia de la producción para que un incremento descomedido no provoque una merma de los precios. Manifestó que este 2017 los costos se elevaron por la sequía, pero que en los 4 o 5 años anteriores, la subida fue bastante baja.

La Asociación de Elaboradores promociona sus productos

Sobre las causas del planteamiento del ente regulador que, por cierto, no tiene representación de los productores, no tiene nada que ver con los inconvenientes provocados por los conflictos secesionistas en Cataluña y sus consecuencias sobre las ventas del cava catalán en otras localidades españolas. Cree más bien, que se debe a una estrategia económica para proteger el precio de la uva

Frente a todo este panorama, la Asociación de Elaboradores de Cava de Requena puso a la cabeza de la Generalitat a Ximo Puig, quien fue nombrado «Embajador del Cava». Al organismo le fue entregado un subsidio de 17.300 euros, por parte del Gobierno valenciano, para ejecutar una campaña de promoción de sus espumosos. El objetivo: Incitar al consumo de productos valencianos en esta época navideña.