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Atender los cultivos y sembrar los alimentos sin dañar al planeta, son algunas de las labores que se pretenden afianzar bajo el concepto de «agricultura social«. Así lo han dicho los directivos de la Fundación Triodos, en España, quienes han usado este término para englobar una serie de actividades que van más allá del trabajo de la tierra.

Formar individuos sensibles con la ecología, respetuosos con los recursos naturales, prósperos y saludables, es la función del programa “Huertos educativos”. Un plan que lleva tiempo promoviéndose en España, y que ya ha comenzado a dar sus frutos.

A través de estos huertos, y de otras iniciativas emprendidas en regiones como Cataluña, se han generado 2.800 empleos. Pero quieren abarcar mucho más.

La inclusión de personas necesitadas en las labores de agricultura, es uno de los objetivos. Por ello, la UE apuesta por el desarrollo de planes como el “Programa Horizonte”, que comenzó en 2014 y permanecerá vigente hasta el 2020, para financiar propuestas de investigación e innovación.

Campañas de apoyo para la agricultura

Fundaciones como Triodos basan su accionar en el argumento de que el trabajo agrario aporta beneficios físicos y mentales al ser humano. Además, recibir educación especializada sobre temas de agronomía, abre el camino hacia el anhelado “desarrollo sustentable”. Sin contar las ventajas económicas para zonas rurales desasistidas.

Pero las palabras y buenas intenciones no son suficientes. Para ejecutar y llegar a más individuos se requiere dinero. Es por ello que a través del portal Huertoseducativos.org reciben pequeñas donaciones. La cosecha ha sido buena. Desde 2015 han recaudado unos 49.500 euros.

En el país ibérico además de los huertos ecológicos, existen los sembradíos comunitarios, escolares, terapéuticos y urbanos. Todos bajo la premisa social de apoyo e inclusión.

Estos temas y otros relacionados con la agricultura ecológica, se tocaron recientemente en una jornada en la que participaron representantes de la FAO (Organización de la Naciones Unidas) y la Aecid (Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo). No cabe duda, entonces, de que ese es el norte que muchos organismos desean tomar.

Futuro prometedor

Experiencias en varias naciones dan fe de que es posible trabajar el campo, crecer como persona, colaborar con las finanzas de la comunidad y luchar contra el calentamiento global. Para ello la educación es vital. Misma que se imparte a través de los programas que promueven la agricultura social.

Representantes de España en la FAO explicaron durante la actividad celebrada en Madrid, que vivir en la era del conocimiento es una ventaja. Señalaron que mediante la innovación y la tecnología se aminorarán problemas como la contaminación. Aunque la población mundial siga en aumento y se requiera una mayor producción, es posible optimizar el consumo y ser amables con el planeta.