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La llamada agricultura biodinámica está emparentada con la ecológica, la orgánica y la natural. Sin embargo, su concepto es mucho más amplio y hasta supersticioso, según algunos entendidos. Se basa en respetar y comprender los orígenes de los suelos, su funcionalidad y su visión como un todo. Inclusive, la manera en la que infiuyen los astros sobre ellos. ¿El objetivo? Obtener un mejor rendimiento de la tierra y sus cultivos.

Se puede decir que es un método agrícola que combina ciencia y misticismo. Una especie de medicina homeopática para la tierra y las plantas. Las ideas en las que se basa esta práctica son de Rudolf Steiner, creador de la antroposofía, un tipo de medicina alternativa. El principio fundamental es oponerse a los tratamientos químicos para fertilizar los suelos o para combatir las plagas y enfermedades de las plantas.

Los practicantes y orientadores sobre las técnicas biodinámicas de cultivo señalan que es evidente el deterioro que ha sufrido el planeta a causa del abuso de pesticidas. La contaminación, el cambio climático y deterioro de la superficie son parte de los males. Para combatirlo, apuestan por lo estrictamente natural y al entendimiento de una granja como parte de un todo.

Una agricultura más amable con el planeta

La agrónoma española Marisol Garrido ha dicho en varias entrevistas que es necesario recuperar las superficies y entenderlas como un ser vivo, en la que todos los organismos son importantes. El pasado de la Tierra da forma a lo que hoy se tiene. A su juicio es un sistema complejo que abarca millones de años desde su formación.

Entre los puntos de interés destaca la viabilidad de contar con materia orgánica y humedad adecuada. Los productos sintéticos acaban con la vida de organismos que son fundamentales para que las plantas crezcan sanas y den la rentabilidad que se busca.

La agricultura biodinámica es una forma de entender los suelos y su historia, además de la geología y los climas que han preservado el planeta, para producir los alimentos que se cultivan en él, con el fin de que tengan mayor calidad. Esto se traduce en productos con más sabor, mejor conservación y mayor valor nutricional. ¿El secreto? Que la tierra sea porosa, que respire y absorba el agua que requiere.

Abonos biodinámicos

Cada vez son más nombrados los mecanismos que se emplean en este tipo de agricultura. Uno de ellos consiste en rellenar cuernos de vaca con estiércol y enterrarlos. A partir de allí se preparan otras soluciones fertilizantes y curativas. Igualmente, es popular el intestino de vaca relleno con flores de manzanilla, también con propiedades favorables para el suelo.

Procurar una alta vitalidad en la tierra trabajada, incluso con métodos de labrado más amables, es parte del sistema. Lo cierto, es muchos agricultores se están sumando y ya hay fincas de 55 naciones registradas en la Asociación Demeter International, que los agrupa y certifica como biodinámicos. Claro, aún es difícil hallar en el mercado productos con etiquetas que los cataloguen de esa manera.