El planteamiento de la Comisión Europea (CE) de una reducción en el Fondo Europeo Marítimo y Pesquero (FEMP) tiene al sector en vilo. Sin embargo, una preocupación mayor les supone todas las trabas burocráticas que tienen que enfrentar para obtener las ayudas. Las regiones de las costas ya están movilizándose.
Con los efectos del “Brexit” como argumento base, la CE consideró rebajar el presupuesto para la campaña 2021-2027. El hoyo dejado por la salida del Reino Unido y la atención a otros temas que consideran prioritarios, dejó 257 millones de euros menos en comparación con el periodo pasado. Eurodiputados, como la española Clara Aguilera, consideran el recorte al sector pesquero como “inadmisible”.
Rechazo frontal al recorte pesquero
Los rumores señalan que la disminución podría ser mayor y llegar a superar el 5%. La situación afecta especialmente a España, que es el país que más recibe beneficios del FEMP. Sus planes hasta 2023 manejan un estimado de mil 600 millones en gastos. De allí que la negación del país ibérico hacia el recorte es más que evidente.
Según lo reseñado por diversos medios de comunicación, Aguilera exhortó a Karmenu Vella, comisario de Pesca, a que batalle por los fondos que a su juicio son fundamentales para desarrollar los programas establecidos. Su postura coincide con de casi todos los Gobiernos de los países miembros. La ejecución de proyectos plurianuales del Mediterráneo, y el cumplimiento de normas de ambiente y políticas pesqueras, son acciones que estarían en riesgo
Obstáculos amenazantes
Una «excusa» que podría tomar Bruselas como justificativo de los recortes, es que varios planes del presupuesto anterior aún no se han ejecutado. La cifra ubica en un 6% los proyectos puestos en marcha con recursos del FEMP, del periodo 2014-2020. Los fondos se están infrautilizando.
Es por ello que acuicultores y armadores denuncian a la burocracia administrativa como el enemigo principal a vencer. El retardo sería a causa de excesivos controles y complicaciones para recibir los beneficios financieros. La frustración de los pescadores es alarmante.
Existe temor de que la CE de marcha atrás a las solicitudes por fallos en el papeleo. Por ello las oficinas autonómicas tienden a consultar sobre los programas a las autoridades madrileñas. Luego éstas preguntan a Bruselas y la respuesta final demora varios meses en llegar. Ese “peloteo” retrasa concesiones y pagos.
Peligro
Los pescadores están dejando de hacer las solicitudes, pues no consideran rentables la espera para todo el trabajo que tienen que hacer. El gran riesgo que enfrentan las autoridades que defienden los fondos, es que no se justifiquen. La continuidad está en riesgo. De allí que otra de las exigencias es la simplificación de los procesos.