Maximizar el uso de los recursos y reducir el impacto ambiental es la meta de muchas empresas del sector agrícola. Tal es el caso del laboratorio AMSlab y el Grupo Iñesta quienes se unieron para investigar y realizar experimentos con el uso de insectos empleados para aprovechar residuos industriales agroalimentarios. Aplicación de “biotecnología” es la clave.
Los laboratoristas lucenses junto a los fabricantes de fertilizantes y abonos para cultivos de Alicante, buscan crear nuevos y mejores insumos agrícolas. Para ello utilizarán insectos que son fuente de proteínas y lípidos que enriquecerán los subproductos.
“Se pretenden obtener extractos bioactivos a base de lípidos y aminoácidos y/o péptidos con potencial agronómico. Luego, serán incluidos al menos en una formulación final comercializable con potencial bioestimulante, anti-estresante y/o inductor de defensas, a partir de una nueva fuente animal renovable como son los insectos”, señala la información suministrada por el consorcio y publicada en el portal Tierras.