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Al parecer, el resultado ha sido más que positivo. La siembra de cebada entre las plantaciones de Olivares cumple con su función medioambiental y además deja una productividad de calidad. Al menos así lo aseguran los responsables del proyecto que se viene ejecutando desde 2016 en España.

La iniciativa es liderada por la empresa cervecera Heineken y el departamento de Agricultura, Pesca y Desarrollo Rural de la Junta de Andalucía. En una reunión entre sus representantes se evaluó la efectividad del programa que se extendió este año a Navas de San Juan, y se mantiene en Huelma. En Martos se eliminó.

En total son 10 las hectáreas en las que se sembró la cebada cervecera en la provincia de Jaén. En la campaña anterior lograron recolectar 300 kilos de cereal. Pero más allá de la productividad, el objetivo son los aportes a los campos de olivares que se cultivan bajo la modalidad de secano.

Beneficio ecológico de combinar olivares y cebada

Uno de los problemas que traen consigo los árboles de olivos, es que el suelo se erosiona. Usar las parcelas libres en la siembra de cebada evita ese desgaste, mejora la captura de agua y por ende ahorra el recurso hídrico. Para evaluar los beneficios se escogieron tierras donde se planta de forma tradicional y con un 8% de pendiente.

Aunque los resultados finales se esperan al culminar el proyecto en 2019, los análisis hablan de ventajas importantes. Durante la evaluación se observa la tierra labrada, las coberturas espontáneas, las cebadas de olivar sembradas y las réplicas de olivos en espacios de 4×4.

La presencia del cereal hace que cuando se infiltre el agua ésta se deposite en mayor cantidad, pues no choca directamente con el terreno sino que se frena por el vegetal. Igualmente, la capa fértil se mantiene al disminuir su erosión. Otro punto a favor, son los beneficios económicos de los agricultores, la belleza del paisaje y su influencia en el cambio climático, ya que se eleva la captación de carbono.

Pionero y ejemplo a seguir

El proyecto es el primero de este tipo que se realiza en el mundo, pues apuesta a la conservación ambiental y la sostenibilidad. También contribuye a la formación de los trabajadores del campo y la transferencia tecnológica. Su impulsor, Heineken, destinó 150 mil euros inicialmente a su desarrollo. Otros países como México se están inspirando en el plan español.

Los directivos de la cervecera han manifestado que muchos agricultores se han mostrado interesados en sumarse a la actividad. Sin embargo, la empresa ha decidido tomarlo con calma y esperar las conclusiones finales. La primera cosecha ya arrojó que la calidad del producto obtenido cumple con los estándares para fabricar las bebidas de la marca.