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La agricultura española es reconocida una vez más por su biodiversidad, paisajes, dinamismo, sostenibilidad, sistemas de información y presencia global. Esta vez la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) nombró Patrimonio Agrícola Mundial a los olivos milenarios del Sénia.

El sistema enclavado en las provincias de Castellón (Valencia), Teruel (Aragón) y Tarragona (Cataluña) cuenta con más de 5.000 olivos antiguos. Se extiende por 27 municipios unificando la geografía, su historia, cultura y oportunidad de desarrollo rural. Es considerado un enorme reservorio natural de atractivo turístico. En el 2018 más de 3.000 personas visitaron la región con la guía de los expertos, otras tantas de forma libre.

Los olivos milenarios de la Taula del Sénia son iconos de la región por su capacidad de recuperación y producción. De éstos se extraen cerca de 12.000 toneladas de aceite de oliva cada año. Un aceite único, muy cotizado, clasificado como virgen extra de lujo, correspondiente a la variedad Farga. Se trata del producto de árboles centenarios y de otros que superan los 1.000 años.

Tres de 57 sitios reconocidos por la FAO

Con la reciente denominación de los olivos milenarios del Sénia, suman tres los sistemas agrícolas españoles reconocidos por la FAO. Le antecedieron la uva pasa de la comarca de Axarquía (Andalucía) y la sal del Valle Salado de Añana (País Vasco). En total son 57 lugares en 21 países los clasificados como Sistema Importante del Patrimonio Agrícola Mundial, Sipam.

La producción de uvas pasas en Almáchar y otros municipios de la Costa del Sol Axarquía es la principal actividad económica de la región. Representa el sustento de las más de 2.000 familias productoras. Además, se ha convertido en un atractivo turístico sin igual. Miles de personas se acercan cada año para apreciar las hileras de plantaciones y el proceso “in situ” del secado de la uva moscatel, elaboración de la uva pasa.

Por su parte, la producción de sal en Álava es valorada como Sistema Importante del Patrimonio Agrícola Mundial por sus más de 7.000 años de historia. El Valle Salado de Añana es un compendio de biodiversidad, arqueología, estructuras y servicios. En la región se aprovecha desde el paisaje y la sal, hasta los múltiples beneficios que a la salud brinda el agua salada.

Patrimonio Agrícola Mundial

Junto a los olivos españoles logró la distinción de Patrimonio Agrícola Mundial el sistema tradicional para la obtención de azafrán en Irán. También el modelo agropastoral utilizado en cultivos de argán en Marruecos. Sistemas caracterizados por la preservación de la biodiversidad, conocimientos y métodos tradicionales que en adaptación tecnológica mejoran la calidad de vida de los poblados.

El cultivo de azafrán en la meseta central de Irán supone el aprovechamiento máximo de un territorio árido. El agua llega a esta parte de la región solo por acueductos y canalizaciones tradicionales. Ahorrar el recurso con plantaciones que no necesitan mucha agua, como el azafrán, premia el esfuerzo de los agricultores y permite avanzar en actividades como el turismo ecológico.

El sistema agroforestales y pastoral disminuye el impacto de la agricultura en la región de Marruecos donde se cultivan árboles de argán desde hace miles de años. Opera en terrazas de piedra en Ait Souab- Ai Mansour. Talla en las rocas depósitos de agua de lluvia para su posterior manejo en la agricultura y pastoreo tradicional.