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Un informe presentado por el Consejo Internacional de Cereales (CIC) dio luces sobre lo que será el comercio de las oleaginosas en los próximos años. El organismo detalla que se elevarán sustancialmente los cultivos y el consumo de dichos productos durante las cinco campañas venideras, hasta 2030.

El rubro tendrá un significativo aumento de su oferta y demanda en comparación con otros como el de los cereales. Las razones apuntan a una dieta más variada y completa por parte del consumidor, además de mejoras en la alimentación del ganado. Las proteínas que aportan las oleaginosas son cada vez más usadas en los piensos.

Como ya ha ocurrido en otros períodos, la soja será la «reina» en la siembra de oleaginosas. Su demanda seguirá siendo mayor que la de otras variedades. Ello se debe a la facilidad de cultivo, bajos precios y aportes a la ganadería, agricultura y conservación ambiental.

Cambios del orden mundial de productores de oleaginosas

Entre las novedades que reseña el documento difundido recientemente, está un posible reemplazo en el top de los países productores de soja. Es así como Estados Unidos que-encabeza el listado-sería destronado por Brasil. El país suramericano lideraría la productividad y exportación de la soja. Igualmente, Argentina destaca con un alza en sus cifras de cultivo, lo que aumentará su competitividad en el mercado.

Los principales compradores seguirán en los continentes asiáticos y africanos, donde China conservará su liderato como el más importante. Incluso, se estima que en el país las cifras de consumo aumenten a la par de las de la ingesta de carnes y lácteos. El crecimiento poblacional también será constante en los siguientes 10 años.

Toda esta fuerte demanda de la soja, que encarna el 60% de las oleaginosas que se mercadean en el planeta, hará que bajen los stocks. Es por ello por lo que al final de las cinco temporadas se augura un bajón en las reservas mundiales, el más importante de la historia del alimento.

Cifras destacadas

Hasta el año 2023, el reporte del CIC estima que la superficie cultivada de soja crezca un 1,8 %. Es decir, se sembrarían unas 138 millones de hectáreas. Por su parte la producción se ubicaría en 392 millones de toneladas, 2,4 % más de lo inicial. A pesar de ello, en estos primeros cinco años se cumpliría a duras penas con la demanda. Los valores lucen ajustados en el lustro.

Los titanes en la productividad de soja serán Brasil, Estados Unidos y Argentina. Juntos representan el 80% de la superficie mundial sembrada con soja (312 millones de toneladas). La cifra representa un alza de 35% respecto a la última década.